Situación geográfica de la Puglia

La REGIÓN PUGLIA es la más sur oriental de Italia, de hecho el cabo de Otranto (en Salento) dista alrededor de 80 km de la costa de Albania. Está formada por seis provincias: BARI, cuya capital es también de la región, FOGGIA, BRINDISI, TARANTO, LECCE y BAT instituida desde hace poco tiempo, con tres capitales: Barletta, Andria y Trani cuyas iniciales forman el nombre de la provincia.




EL territorio que es considerado como el menos montañoso de Italia, esta formado prevalentemente por colinas y llanuras. Siendo las zonas más elevadas o montañosas “il Gargano” que corresponde a un macizo montañoso formado por rocas calcáreas, cuyo su punto más elevado es el Monte calvo (1056 m) y “il Subapenino Dauno” donde las mayores cumbres son el Monte Cornacchia (1152 m) y el Monte Crispignano (1105 m).
Las zonas de llanura en la región son “il tavoliere delle Puglie” (Il Tavoliere de la Puglia se extiende en la provincia de Foggia entre el Appennino, el Gargano y el mar Adriático, y es la más grande llanura cultivada de la Italia Peninsular. Intensamente cultivada sobre todo dedicada a la producción de cereales y hortalizas ), la franja costera de la “Terra di Bari” es recta y llana, con pintorescas ciudades marinas (Cubierta de olivares, viñedos, árboles de cerezos y almendras, y cultivo de hortalizas) y la “pianura Salentina” (Caracterizada por la ausencia total de pendientes significativas, la presencia de poderosos estratos de tierra roja y la ausencia de cursos de agua de superficie), mientras la zona de colinas está representada por “le Murge” que tiene como límite norte el curso del río Ofanto y al sur la soglia messapica (una depresión que se extiende a lo largo de la línea Taranto-Ostuni) y “le serre salentine” que se extienden entre Otranto y Gallipoli en la provincia de Lecce y tienen su punto más alto a 201 metros.

La Puglia que geográficamente representa el taco de Italia, tiene aproximadamente 800 km de costa de naturaleza variada, donde amplios trechos de costa baja y arenosa se alternan con trechos rocosos escarpados sobre el mar. En el mar Adriático, frente al Gargano se encuentran las islas Tremite, tres son las islas mayores (San Nicola, San Domino y Capraia), y una menor que se llama Cretaccio. Definidas por su incontaminada belleza “las perlas del Adriático”, sus costas presentas numerosas grutas y lugares ideales para la práctica del buceo.

Una curiosidad de estas islas es que la población, habla el idioma napolitano, debido a que en 1843 el rey Fernando II de las Dos Sicilias deportó a la fuerza a gente indigente y delincuentes de la ciudad de Nápoles.
Otras islas son las “Pedagne”, frente al puerto de Brindisi; la isla de “S. Andrea”, cerca de Gallipoli y las “Cheradi”, en el golfo de Taranto.
El litoral de Puglia está repleto puertos de pueblos pesqueros y centros turísticos. Puertos naturales, que surgen en profundas y reparadas ensenadas del mar, son Manfredonia, Brindisi y Taranto; otros puertos como Barletta, Trani, Molfetta, Bari, Monopoli, Gallipoli, se han establecido casi todos a lo largo del litoral rocoso, donde la costa resulta resquebrajada por la erosión de las aguas provenientes del territorio y por el agua marina.
Al estar bañada por el mar Adriático al este y por el mar Iónico sudoeste, siempre ha tenido una relación muy estrecha con los vientos que soplan sobre sus tierras, así tenemos vientos cálidos y arenosos que soplan desde el Sudeste, como el “siroco” (viene desde el Sahara y alcanza velocidad de huracán en el norte de África y el sur de Europa), es un viento anunciador de humedad y de arena, muy violento y temido por los navegantes por sus características borrascosas. La duración del siroco puede ser desde medio a varios días. Estos vientos, con velocidades de casi 100 km por hora, se producen generalmente durante el otoño y la primavera, alcanzando sus máximos en marzo y noviembre. Era el viento que traía las naves cargadas de mercaderías del oriente, pero también las terribles embarcaciones de los turcos y de los sarracenos que llevaban a las costas puglieses: miedo, destrucción y muerte. Del noroeste, de los Balcanes y de Trieste provienen en cambio los vientos fríos del norte, el “maestrale”, que sopla gélido en inverno y placenteramente refrescante en los cálidos meses estivales, dando alivio en las horas más calurosas de la jornada. Pero hay otros vientos que soplan sobre la Puglia, y que con sus presencias martillean las estaciones, el húmedo “libeccio”, que proviene desde el sudoeste y que trae lluvia y humedad; martillea alternándose en las jornadas rígidas y frías del invierno, con la helada “tramontana”, que llega del norte cuando el cielo se hace gris-azulado, y el viento trae perfumes y sabores de montañas nevadas, desde lugares tan distantes del ánimo de los puglieses. Jornadas apacibles y dulces, se suceden en cambio cuando sopla el viento del “levante”, aquel que proviene de las islas griegas, que trae los aromas del sur, del mundo pastoril y campesino de los griegos, que tienen tantas cosas en común con aquellos de la Puglia. Es un viento frío en el invierno y relativamente fresco en el verano.
El clima de las zonas costeras es mediterráneo con veranos cálidos y secos e inviernos lluviosos y ventosos; es continental en las zonas internas y más elevadas, donde durante los inviernos se producen nevadas y nieblas durante las horas nocturnas. Las provincias de Foggia, BAT y Bari están entre las menos lluviosas de Italia, porque los vientos provenientes del oeste dejan su humedad sobre el apenino campano y lucano y llegan secos a las llanuras de las provincias mencionadas. En las provincias de Brindisi, Taranto y Lecce llueve más, porque los vientos se cargan de humedad pasando sobre el mar jónico.
Las temperaturas típicas estivales son entre los 30 y 40 grados, pero en la zona costera se percibe menos el calor. La Puglia se encuentra entre las regiones más cálidas y secas de Italia, las mayores temperaturas se producen en el Tavoliere, en Cerignola y San Severo los valores máximos superan los 45ºC y se producen diferencias térmicas, entre verano e invierno de 50ºC.
Las lluvias suceden casi exclusivamente en los meses invernales, pero son escasas; la media de la región es de 500 a 600 mm anuales, pero en zonas como el Gargano caen más de 1000 mm anuales. Las provincias de Brindisi, Lecce y Taranto son más lluviosas, por acción de los vientos húmedos provenientes del Jónico.
La naturaleza cársica de gran parte del territorio pugliese y la escasez de precipitaciones conjugan para que la región sea particularmente pobre de ríos. Con excepción del Ofanto (Este río ha visto, en el curso de la historia, desarrollarse grandes civilizaciones, y pasar numerosas olas de invasiones, como la de los cartagineses, triunfantes sobre los romanos en la célebre Batalla de Cannas) y del Fortore, que tienen en Puglia solo parte de sus recorridos, los ríos puglieses tienen por lo general carácter torrenticio, como ocurre con el Candelaro, el Cervaro y el Carapelle.
Los lagos mayores son el Lesina y el Varano sobre la costa septentrional del Gárgano. A lo largo de la costa cerca de Otranto se encuentran los lagos Alimini. El lago de Occhito, en el límite con Molise, es una represa artificial realizada por el “Consorzio per la Bonifica della Capitanata di Foggia” para afrontar las frecuentes crisis hídricas de la región.
A causa de las características del suelo y subsuelo la región posee poca agua, situación ya descripta por el poeta Orazio (65 a.C.8 a.C), quien describía a la Puglia como “tierra sedienta”, pero la construcción de un acueducto que se inicia en las vertientes del río Sele, en la Campania, y que mediante un túnel cruza los Apeninos, lleva el agua a la comarca. El “Acquedotto Pugliese” se considera entre las más imponentes y ejemplares obras de ingeniería hidráulica realizadas en el mundo, posee 19.000 km de red hídrica, abasteciendo con 310 millones de metros cúbicos de agua potabilizada a 4,6 millones de habitantes, tiene una larga historia que se inicia en 1898. La construcción del acueducto constituyó un desafío a la naturaleza que había privado a la región de uno de los elementos indispensables para la vida.

Il castello di là y el castillo de acá






Il castello di là y el castillo de acá
Castel del Monte
Construido sobre una colina a 16 km de la ciudad de Andria (provincia BAT- Región PUGLIA) es una de las construcciones más populares de los tiempos de Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, y es una joya arquitectónica.
Fue el propio Federico II quien participó a mediados del 1200, en los planos de construcción del Castel del Monte (originalmente: Castrum Sancta Maria de Monte). En un principio el castillo recibió el nombre de la cercana iglesia “Santa Maria del Monte”, aunque esta estuviera ya abandonada. Bajo ese mismo nombre también se hace referencia al edificio en el único documento conservado del emperador Federico II relacionado con la construcción.
Al parecer, este castillo se construyó con el objetivo de servir como residencia de caza para el rey, teniendo en cuenta que en la antigüedad esta zona estaba rodeada de bosques. A menudo se ha dicho, vista la escasez de elementos defensivos y las peculiares características arquitectónicas, que Castel del Monte haya sido concebido como lugar de distracción, donde el Emperador pudiera practicar la caza con el halcón y dedicarse a la observación de las estrellas con sus huéspedes astrónomos, pero es más probable que haya concebido como un templo para la meditación y para la difusión del saber, un lugar de agregación para sabios o neófitas de varias religiones.
En el castillo abunda el número ocho: su forma es octogonal, en cada una de las esquinas de su planta se levanta una torre, también octogonal, tiene ocho torres, posee dos plantas con ocho salas cada una… La razón es muy sencilla, ya que el ocho era un número mágico para los alemanes (de donde procedía Federico II).
Las 16 salas de planta trapezoidal están cubiertas por bóvedas góticas a crucero, de influencia francesa, y dan al espléndido patio interior. Las torres están ocupadas por locales de servicio, por ejemplo la torre del halconero servia como jaula para los rapaces; las torres contienen las escaleras y los servicios higiénicos, a cuyas cisternas se dirige el agua de las lluvias.
Hay estudios que apuntan que este castillo fue diseñado para ser el observatorio espacial más grande de la Edad Media. Y es que visitar este castillo es casi hacer un viaje en el tiempo. En el interior, paseando por las salas se puede encontrar todo tipo de información sobre el castillo y la época. Lo mejor de todo es recorrer sus pasadizos y subir a las torres, desde las que se puede ver una panorámica preciosa de la zona.
El perímetro exterior es en piedra de Trani con excepción del arco y de los elementos decorativos exteriores que son en brecha coralina rosada. La misma piedra recubría las habitaciones del primer piso, enriquecidas con mosaicos que lamentablemente fueron robados.
Su originalidad, el misterio que envuelve sus orígenes y su destinación, tienen algo de "mágico" que induce a profundizar el conocimiento más allá de los esquemas tradicionales.
No en vano, este es uno de los monumentos más visitados de toda la Italia meridional, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996.

Castillo de Ingeniero White
El edificio de la ex usina General San Martín, es una suerte de castillo medieval perdido entre la pampa y el mar, ubicado en la localidad portuaria de Ingeniero White, provincia de Buenos Aires.
En el año 1929 las Empresas Eléctricas de Bahía Blanca (EEBB) encargaron el proyecto de una planta termoeléctrica al Arquitecto J. Molinari, jefe de proyectos de la compañía Ítalo-Argentina de Electricidad, quien había realizado en la Ciudad de Buenos Aires muchas subestaciones de transformación de energía.
Poco tiempo más tarde, en 1932, la obra quedó terminada y se hizo inconfundible la silueta de la usina como contrapunto de los grandes elevadores del puerto. La inauguración oficial se realizó el 1 de octubre de ese mismo año.
A pesar de que muchos refieren a su estilo como inspirado en el gótico, sobretodo por la aparición de arcos ojivales, el mismo responde a los lineamientos de la arquitectura medieval propia del Románico lombardo, lenguaje adoptado por la Compañía Italo Argentina para sus usinas, estaciones y subestaciones, tanto en la ciudad de Buenos Aires, como Bahía Blanca, siendo una de las primeras empresas en adoptar una imagen corporativa a través de su arquitectura. A fines del siglo XIX, ese estilo era considerado como un estilo nacional en Italia.
Si bien la terminación exterior simula ser una construcción en piedra, de acuerdo a los modelos del medioevo, se trata de un revoque de varias tonalidades aplicado sobre una tradicional estructura de hormigón armado.
Párrafo aparte merece la escultura que termina de embellecer el edificio. Se trata de "San Jorge y el dragón", obra del artista italiano Troiano Troiani y muestra a San Jorge montando un brioso caballo a punto de clavar su lanza en la boca del dragón. El momento es captado con el mayor dramatismo. El rostro sereno del santo se contrapone con la feroz cabeza del animal agazapado bajo la figura del caballo. La lanza constituye la línea principal de la composición acompañada por el cuerpo del hombre y contrapuesta con el eje del caballo. De esta manera el tenso dinamismo de la escena mítica se ve perfectamente equilibrada por la composición.
El protagonismo de la usina General San Martín, se apagó a mediados de los años 80, cuando entro en funcionamiento la central termoeléctrica Luís Piedra Buena.
El Castillo fue declarado Monumento Histórico Nacional el 7 de Septiembre del año 2000 por la Cámara de Diputados de la Nación.