GIOIA DEL COLLE, SU CASTILLO Y LA LEYENDA

Gioia del Colle se encuentra a 38 km al sur de la ciudad de Bari.


La ciudad se desarrolló alrededor de una fortaleza bizantina, en la Edad Media la Puglia fue una provincia del Imperio Bizantino. En el castillo que fue reconstruido varias veces, no queda nada de la antigua fortaleza bizantina.


El castillo situado en posición dominante, a 360 metros sobre el nivel del mar, fue principalmente una fortaleza, construida para la defensa del territorio y punto nodal de comunicaciones de importantes carreteras que desde Bari conducían a Taranto, vinculando el área iónico-tarantina con la adriática.








El castillo es de planta cuadrada con vértices a los cuatro puntos cardinales, construido en carparo rojo y piedra caliza blanca en las esquinas y alrededor de las ventanas y puertas, tiene dos torres de cuatro caras similares entre sí, respectivamente llamadas "Torre de Rossi" y "Torre de la Emperatriz”, pero construidas en diferentes épocas, y un patio.


La primera reconstrucción ocurre después de la conquista normanda del sur de Italia y, se debe a Riccardo Siniscalco, hermano de Roberto Guiscardo. Los momentos más significativos en la vida del castillo están ligados a la figura e historia de Federico II, quién lo renovó y amplió, cuando regresó de las cruzadas, ya que allí residía durante los frecuentes viajes que realizaba desde sus residencias en Foggia y Lucera hacia Sicilia y en dirección inversa, también allí estuvo ya muerto, cuando su cuerpo era llevado en su último viaje para ser depositado en la Catedral de Palermo, Sicilia, lugar de reposo también de sus antepasados.



Federico y Bianca Lancia





Según la leyenda Federico II encerró en el interior del castillo, a la más amada de sus enamoradas, a la Dama del Piamonte,Bianca Lancia. La historia oficial no ha aclarado definitivamente si se casó o no con Bianca, lo que sabemos es que con Bianca en el castillo, había varios niños, uno de ellos es el famoso Manfredi, que heredará el trono de Sicilia. La leyenda cuenta que el emperador, cuando se entera del embarazo de la joven, la acusa de adulterio y, consumido por los celos la encierra en un calabozo de la torre del castillo. Es allí donde Bianca luego del nacimiento de Manfredi, en la desesperación por haber sido acusada de infidelidad, se cortó los pechos, y se los envió en una bandeja de plata al emperador junto con su hijo Manfredi, de extraordinaria semejanza física a su padre, convenciendo a Federico de la injusticia de su acusación. En la celda que ocupaba Bianca en la torre, fueron tallados bajo relieve dos pechos para recordar lo que pasó.
De esta leyenda surge una de las versiones del origen del nombre de la ciudad, interesante, pero de poco fundamento. Indica que Gioia se refiere a las joyas (gioielli) que la reina habría dispersado sobre las colinas (Colle) al ser conducida a su arresto, de allí Gioia del colle.







Sala del trono



El castillo es ahora un lugar muy atractivo, gracias a la adición de elementos decorativos, como chimeneas y los asientos de estilo medieval, adornos y pasillos, pero sin duda postizos hechos con gusto y habilidad durante la restauración llevada a cabo entre 1907 y 1909.
Las dos torres en las esquinas, muy similares pero, de diferentes períodos se caracterizan por un carparo de hermosa sillería de rojo, enmarcado por el uso de piedra caliza blanca en las esquinas y alrededor de las aberturas.



Toda la planta baja está ocupada por el Museo arqueológico Nacional. Los objetos que allí se presentan provienen en gran parte del Parque Arqueológico de Monte Sannace, una interesante zona arqueológica que se remonta a la Edad Neolítica, a menos de 10 km desde el centro poblado en dirección a Putignano. Se trata de una necrópolis existente en el lugar entre los siglos VI y III aC, se encuentran aún los restos de los muros exteriores de la misma. El territorio de Gioia del Colle es rico en hallazgos arqueológicos, siempre en dirección sudoeste, se encuentra Santo Mola, sede de un antiguo asentamiento peceuta.