La tradicion de Reyes Mayos y la Befana


 La tradición cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, que iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciendo oro (presente conferido a los reyes), incienso (empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos).

 




Antes de llegar, en la ciudad de Jerusalén, encontraron al gobernador Herodes el Grande, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño, para poder ir él también a adorarle

Los magos de oriente son personajes citados en la Biblia, en el Nuevo Testamento. Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? (Mateo 2,1-2).

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:11, versión Reina-Valera 1960).

 
          

La Adoración de los Reyes Magos es una tradición navideña que tiene su origen en un culto europeo y simbolizan las naciones paganas que se acercan a Cristo, mientras que los pastores que adoran al Niño simbolizan al pueblo judío.

 

 
Fue en el siglo IV que se configuró el número de magos en tres, todo ellos, por alusión a la Trinidad, a los tres continentes conocidos en ese momento, a las tres razas humanas, a las tres edades del hombre, y se les dio el apelativo de “reyes de Oriente” no magos ya que la práctica de la magia estaba prohibida y el concepto de mago tenía una connotación peyorativa.

 

En el siglo XVI las necesidades de la Iglesia Católica le llevaron a identificar los tres reyes con los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres razas que poblaban el mundo. Así Melchor pasó a simbolizar los europeos descendientes de Jafet. Gaspar representaría a los asiáticos descendientes de Sem. Y Baltasar, negro y barbado, haría lo propio con los africanos descendientes de Cam..

 
 

Melchor, rey de los persas es el venerable anciano de barbas blancas que le llevó al Niño: muselina, púrpura, piezas de lino y oro, que representaba el poder y la riqueza del Niño y con él se reconocía que había nacido el más grande, el Rey.

 

Gaspar, rey de los indios, un joven barbilampiño (después barbudo), le llevó: preciadas especias, nardo, canela, cinamomo y el oloroso incienso, usado tradicionalmente como símbolo de adoración, se daba a entender que se reconocía al Dios Verdadero.

 

Baltasar, rey de los árabes, de rostro fuscus (“oscuro” en latín), y que con el paso de los años se hizo claramente africano a partir del siglo XV, le llevó: oro, plata, zafiros, piedras preciosas , perlas y mirra, precioso bálsamo que se confunde con las lágrimas, con el que se representaba el dolor y la capacidad humana del Dios hecho Hombre

 

La tradición de los Reyes Magos como portadores de juguetes es otra manifestación de la costumbre romana de hacer regalos a los niños y de otras tradiciones —como la de Santa Claus— adoptadas por algunos países latinos hace relativamente poco tiempo.

 

 

 

En la bella Italia los chicos esperan con ansias regalos navideños no del alegre Papa Noel ni de los muy generosos reyes magos, si no de una anciana llamada Befana, quien los entrega el 5 de Enero.

 

Hay evidencia que sugiere que la Befana es una evolución cultural de una diosa romana llamada Strina, quien daba regalos a los chicos de la antigua Roma, ya fuera durante las Saturnalias (festividad romana celebrada mas o menos en la época de la Navidad actual) o a principio del nuevo año.

 

Tambien se identifica a la Befana con la anciana sacerdotisa que leía los augurios de finales de año (de ahí el desear buenos augurios), estos orígenes paganos, hay varios poemas que la conectan con el antiguo Imperio, incluyendo uno que dice: “La Befana viene en la noche, con los zapatos despedazados, vestida al estilo romano, que viva la Befana por tiempo largo.”

 

Por mucho tiempo estos paralelos con divinidades paganas hicieron que las autoridades cristianas se opusieran a la celebración –hasta que la Befana consiguió su propia leyenda cristiana.

En dicha leyenda, los reyes magos llegan al pueblo de Befana y esta les da posada por la noche. Ellos le cuentan el objetivo de su viaje y la invitan a ir con ella, pero Befana, reconocida como la mejor ama de casa del pueblo, se niega, pues tiene que limpiar la casa.

 

Los reyes se van y al poco tiempo Befana cambia de opinión y decide buscarlos para así conocer al Niño Jesús. Pero la pobre no consigue ni a los unos ni al otro y se la pasa hasta el sol de hoy buscándolos, repartiendo regalos a los chicos como símbolo de su amor por el niño divino.

 

En la actualidad se le relaciona con la celebración cristiana de la epifanía (de donde, sugieren algunos, viene el nombre), por estos días también se asocia a Befana como una anciana que vuela por los aires en una escoba, con un manto cubierto de cenizas, ya que ella baja por la chimenea.

 
 
 
 Gianni Morandi
"La befana trullallà" - ( Gianni Morandi )
(di Dossena - Rendine - Viscarelli)

Trullala' Trullala' Trullala'.
La Befana vien di notte