Debutó con el documental “Plazas y monumentos de Buenos Aires” en 1909 y posteriormente abordó temáticas locales históricas con sus Films “La revolución de mayo”, “El fusilamiento de Dorrego” protagonizada por los renombrados actores Salvador Rosich, Eliseo Gutiérrez y Roberto Casaux, “La batalla de Maipú” con Eliseo Gutiérrez y Enrique de Rosas, “Güemes y sus gauchos”, “Camila O'Gorman” con Rosich y Blanca Podestá, “La batalla de San Lorenzo” y “La creación del Himno”.
“La Revolución de Mayo” cuyo estrenó oficial fue el 22 de mayo 1909, se realizó como adelanto de los festejos del centenario de la patria. El film tiene un lenguaje emparentado con el del cine francés de su tiempo. La acción es eminentemente teatral, los decorados pintados en telones (el Cabildo flamea al soplar el viento), la cámara toma el lugar de un espectador y la narrativa queda a cargo de los intertítulos, funcionando la imagen a la manera de la ilustración de un texto. Al ser Gallo un inmigrante italiano, es natural que sus films utilizasen las formas de lenguaje que imperaban en ese momento en Europa, y resulta interesante que la elección argumental se inspirase en hechos de la historia argentina. Insólitamente hoy se conserva una copia de esta película encontrada, casi de casualidad, en 1960 entre un montón de latas viejas.
Creó su propia productora, con domicilio en Cangallo 827 de la ciudad de Buenos Aires. Tenía como logo un gallo que fue dibujado por el gran ilustrador Mario Zavattaro. Filmando "Juan Moreira" (1913), con el debutante Enrique Muiño; una "Muerte civil" sobre el tremendo drama de Giacometti, e interpretada por el gran trágico italiano Giovanni Grasso, de paso por Buenos Aires, el acercamiento al largometraje con "Tierra baja" (1913), protagonizada por otro gran trágico nacional, Pablo Podestá en una transposición fiel pero acriollada del drama de Angel Guimerá. Luego, Mario Gallo, decidió cambiar de género filmando las primeras películas-ópera acompañadas de un grupo de músicos en escena y un cantante detrás de la pantalla, llevando a la pantalla un tríptico operístico que comprende “Caballería rusticana”, “Tosca”, “I pagliacci”, todas acompañadas de la música original ejecutada en directo, con los cantantes situados tras la pantalla. Entre sus demás obras recordamos “En un día de gloria” (1918), dirigida junto con el italiano Alberto Traversa, y “En buena ley” (1919), en cuyo reparto figuran, entre otros, Silvia Parodi, Pedro Gialdroni y Nelo Cosimi. En 1920 da vida al noticiario semanal Actualidades Gallo Film. Seguiría fiel al cine y moriría pobre.
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