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Padre Pío de Pietrelcina


Francesco Forgione, quien sería conocido en la posteridad como el Padre Pío, nació en la localidad de Pietrelcina, en la Campania italiana, en 1887. Desde niño sintió una profunda vocación religiosa y a los 16 años fue aceptado como novicio en el convento de los frailes capuchinos en Morcone. En agosto de 1916 fue ordenado como sacerdote en la catedral de Benevento y posteriormente fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, en la provincia de Foggia, donde vivió hasta su muerte en 1968.
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El niño Francesco comenzó desde muy pequeño a tener visiones místicas (su madre relataba que cuando niño él aseguraba que podía hablar con su ángel guardián y el de otras personas, algo que para él era algo tan natural que pensaba que todo el mundo podía hacerlo). El 20 de septiembre de 1918, mientras acababa de terminar el rezo de la Liturgia de las Horas, el padre Arcángel, uno de los religiosos que lo acompañaba en ese momento, se percató que las manos del Padre Pío estaban sangrando. Con aire preocupado, le preguntó: “¿Se ha herido?”. Con el rostro desencajado y el paso vacilante, el Padre Pío se presentó a su Superior, quien al verlo quedó petrificado. Además de las manos y los pies, también el costado de su cuerpo sangraba profusamente. Lo increíble era que la sangre no coagulaba y, además, emanaba un agradable perfume a flores (el denominado “olor a santidad”). El Superior enseguida puso al tanto de la situación al Padre Provincial, aunque la noticia no duró mucho tiempo oculta. Miles de personas comenzaron a llegar al convento a ver al “santo”, para confesarse con él o escucharlo celebrar la Santa Misa. La Santa Sede ordenó intensificar el estudio médico y sustraer al Padre Pío de la curiosidad popular, por lo que se le prohibió celebrar misa en público y confesar. El Padre Pío, obedeciendo la orden, vivió durante mucho tiempo una vida perfecta de claustro y bajo las órdenes de los médicos, que no encontraron las causas naturales de sus heridas.

Los estigmas pasionarios de Jesucristo acompañarían por el resto de su vida al Padre Pío hasta el día de su muerte, a los 81 años. Por ello, cuando confesaba o hacía misa, llevaba las manos cubiertas con guantes o vendas, aunque en algunas ocasiones eran sus mismos superiores los que le pedían que descubriera sus manos para que los estigmas pudieran ser fotografiados.
Además de sufrir los estigmas pasionarios y desprender el “olor a santidad”, una fuerte fragancia de flores que se podía percibir en su presencia, los acólitos del padre Pío aseguraban que éste tenía otros dones como la clarividencia y discernimiento extraordinario o capacidad de leer las conciencias, don que utilizó frecuentemente durante el ministerio del sacramento de la confesión; la curación de enfermedades mediante el poder de la oración; la levitación o poder de suspenderse por sí sólo en el aire; la xenoglosia o facultad de hablar varios idiomas; la bilocación o la capacidad de estar en dos lugares al mismo tiempo; y la capacidad de ver apariciones de ángeles, demonios, personas fallecidas, la Virgen María y Jesucristo.
Figura controvertida
Los milagros del Padre Pío fueron objeto de numerosas investigaciones. En el período comprendido entre 1924 a 1931, de hecho, la Santa Sede hizo varias declaraciones negando que los acontecimientos en la vida del padre Pío se debieran a alguna causa divina. Y en un momento dado, como se mencionó anteriormente, se le impidió públicamente el desempeño de sus deberes sacerdotales, como el confesar y dar misa. El padre médico y psicólogo Agostino Gemelli, enviado por el Vaticano para investigar el caso, afirmó que sus estigmas “eran de origen neurótico”. Por temor a disturbios locales, un plan para transferir al padre Pío a otro convento fue abandonado por temor a los disturbios que se pudieran producir y un segundo plan fue cancelado cuando una manifestación organizada por sus acólitos estuvo a punto de desbordarse.
Como consecuencia de esto, el Padre Pío pasó 10 años ―de 1923 a 1933― aislado completamente del mundo exterior. El Papa Pío XI ordenó a la Santa Sede que se revirtiera la prohibición de la celebración de misa y confesión, mientras que el Papa Pío XII, quien asumió el papado en 1939, animó a los devotos a visitar al religioso, que fundaría por esta época la “casa de alivio al sufrimiento”, un hospital para curar a los enfermos tanto desde el punto de vista espiritual como físico.
El papa Juan XXIII, por el contrario, después de atender algunas denuncias que aseguraban que el Padre Pío falsificaba sus milagros, provocaba sus estigmas con ácido nítrico y usaba agua de colonia para crear el «olor de santidad» que lo hacía famoso, le prohibió decir la misa en público, publicar sus populares oraciones, recibir visitas y hablar con mujeres en privado. El papa Pablo VI, que reemplazó a Juan XXIII tras su muerte en 1963, negó las acusaciones de su antecesor y reivindicó la figura del Padre Pío. El papa Juan Pablo II, finalmente, lo consagraría como santo en el año 2000.
Los asombrosos milagros del Padre Pío
Con respecto a las bilocaciones del Padre Pío o su capacidad de estar en dos lugares a la vez, existen testimonios bastante fidedignos. El Cardenal Merry del Val contó al Papa Pío XII que una vez había visto al Padre Pío, que se encontraba enclaustrado como siempre en su capilla de San Giovanni Rotondo, rezando en San Pedro frente a la tumba de San Pío X, el día de la canonización de Santa Teresita. El Papa entonces le preguntó al Beato Don Orione qué pensaba del asunto, a lo que éste respondió: “Yo también lo vi. Estaba arrodillado rezando a San Pío X. Me miró sonriente y luego desapareció”.
En otra oportunidad, Monseñor Damiani, un obispo uruguayo, fue a San Giovanni Rotondo a confesarse con el padre Pío. Luego de hacerlo se quedó unos días en el convento. Una noche se sintió enfermo y llamaron al Padre Pío para que le diera los últimos sacramentos. Éste tardó mucho en llegar y cuando lo hizo le dijo: “Ya sabía yo que no te morirías. Volverás a tu diócesis y trabajarás algunos años más para gloria de Dios y bien de las almas”. “Bueno”, contestó Monseñor Damiani, “me iré pero si usted me promete que irá a asistirme a la hora de mi muerte”. El Padre Pío le contestó: “Te lo prometo”. Monseñor Damiani volvió al Uruguay y trabajó durante cuatro años en su diócesis. En el año 1941, cuando Monseñor Alfredo Viola festejó sus bodas de plata sacerdotales, hacia la medianoche el Arzobispo de Montevideo Antonio María Barbieri se despertó al oír que alguien golpeaba a su puerta. Cuando abrió, apareció un fraile capuchino que nunca había visto y que le dijo: “Vaya inmediatamente a ver a Monseñor Damiani. Se está muriendo”. Monseñor Barbieri fue corriendo a la alcoba de Monseñor Damiani, justo a tiempo para que éste recibiera la extremaunción y escribiera en un papel las siguientes palabras: “Padre Pío..” aunque no pudo terminar la frase. Esa noche, por cierto, fueron muchos los testigos que vieron a un desconocido padre capuchino caminando por los corredores. En 1949 Monseñor Barbieri fue por primera vez a San Giovanni Rotondo y, con estupefacción, cuando vio al Padre Pío reconoció en el religioso al capuchino que había visto aquella noche, a más de diez mil kilómetros de distancia. El Padre Pío, por supuesto, no había salido en ningún momento de su convento. Hoy día, en Uruguay, hay una gruta que recuerda esta bilocación, la misma donde el Padre Pío supuestamente ha hecho varios milagros.
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También es famoso el caso de un comandante general de las Fuerzas Aéreas Americanas que, en plena Segunda Guerra Mundial, mientras éstas se encontraban acuarteladas en la ciudad italiana de Bari, en el sur de Italia, ordenó a un escuadrón de bombarderos que arrasaran un depósito de material de guerra alemán supuestamente localizado cerca de San Giovanni Rotondo. Sin embargo, cuando los aviones se encontraban cerca del blanco, sus hombres y él aseguran que vieron en el cielo a un monje con las manos alzadas. Las bombas que habían dejado caer cayeron finalmente en los bosques, mientras los aviones invertían por sí solos su curso. Después de la fallida misión, todos se preguntaban quién era ese monje a quién los aviones habían obedecido. Posteriormente, alguien le contó a este general que “en San Giovanni Rotondo había un monje que hacía milagros”. Una vez terminada la guerra, el general fue al convento de los Capuchinos acompañado de varios pilotos. Una vez que entró en la sacristía, el general se encontró delante de varios monjes. Entre ellos, reconoció de inmediato al monje que había detenido sus aviones. Era el Padre Pío, quien, al verlo, caminó hacia él y le dijo: “¿Usted es quien quiso matarnos a todos nosotros?”. Aturdido y conmocionado por la mirada y por las palabras del Padre, el general se arrodilló delante de él. Como de costumbre, el Padre Pío le había hablado en dialecto italiano, pero el militar aseguró posteriormente que el monje le había hablado en inglés. Después de este episodio el general y sus compañeros, todos protestantes, se convirtieron al catolicismo.
El padre Ascanio, uno de los hermanos del padre Pío en su parroquia de San Giovanni Rotondo, relató una vez que “nosotros estábamos esperando al Padre Pío que tenía que venir a confesar a los penitentes. La Sacristía estaba llena de gente y todos estábamos pendientes de la puerta para ver cuando entrara. La puerta estaba cerrada y de repente vi al padre Pío que caminó sobre las cabezas de las personas, dirigiéndose luego hacia el confesionario. Posteriormente desapareció y después de algunos minutos comenzó a confesar. Yo no dije nada porque pensé que estaba soñando, pero cuando me lo encontré le pregunté: “Padre Pío ¿Cómo usted ha logrado caminar sobre las cabezas de las personas? “. Su respuesta fue bastante cómica: “Puedo asegurarte, hijo mío, que es igual que caminar en el suelo…”
Los campesinos de San Giovanni Rotondo recuerdan también que una vez, mientras esperaban con impaciencia que florecieran los árboles de almendras en primavera para obtener una buena cosecha, llegó una plaga de voraces orugas que devoraron las hojas y las flores de este fruto. Después de varios días de intentar detener esa invasión, los campesinos, preocupados por la ruina económica que se les avecinaba, le pidieron al Padre Pío que los ayudara. El sacerdote, que tenía una hermosa vista de los árboles frutales a través de su ventana en el convento, se puso las sagradas vestiduras y empezó a orar. Cuando terminó, tomó el agua bendita e hizo la señal de la Cruz en el aire, en dirección a los árboles. Al día siguiente no sólo las orugas habían desaparecido, sino que los árboles de almendras tenían nuevamente los retoños de sus frutos, lo que fue la antesala de una cosecha abundante.
En otra oportunidad, en una tarde de verano, mientras el Padre Pío disfrutaba de una jornada de conversación con varios religiosos en el jardín de su convento, donde abundaban todo tipo de árboles, muchísimos pájaros comenzaron a cantar y a hacer un gran ruido a la sombra de los árboles. El Padre Pío, incómodo por la sinfonía de sonidos de las aves que le impedía escuchar lo que decían sus hermanos de congregación, mirando a los pájaros les dijo: “silencio “. En ese mismo instante, los pájaros, los grillos y las cigarras quedaron en el más absoluto silencio. Las personas que estaban en el jardín quedaron estupefactas porque el Padre Pío les había hablado a los pájaros, tal como lo hacía San Francisco.
Además de estos increíbles testimonios, se cuentan una infinidad de anécdotas que grafican no sólo la capacidad de hacer milagros del padre Pío, sino también su sagacidad y buen humor. Un humilde y devoto trabajador de Roma, oyendo de los milagros del Padre Pío, deseaba ir a su convento para conocerlo. Pero había un ligero inconveniente. Una banda de ladrones estaba merodeando su barrio, lo que le impedía dejar su casa sola. Así las cosas, el hombre hizo el siguiente pacto mental con el sacerdote: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa…”. Una vez que el hombre llegó a San Giovanni Rotondo, logró conocer al Padre Pío y confesarse con él. Al día siguiente, cuando fue de nuevo a saludarlo, el Padre Pío, en tono de broma, lo reprendió: “¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando tinta para sostenerte la puerta!”. El hombre se puso en marcha de inmediato, sin haber comprendido qué había querido decirle el religioso. Cuando llegó a su casa comprendió todo: Habían forzado la cerradura de su casa, pero los ladrones no habían logrado abrir la puerta.
En otra oportunidad, un sacerdote argentino que había oído hablar mucho sobre los famosos consejos del Padre Pío, decidió viajar desde su país a Italia con el único objeto de que el padre le diera alguna recomendación útil para su vida espiritual. Cuando llegó a Italia, se confesó con el Padre Pío, pero éste, después de bendecirlo y darle la absolución, lo despidió sin darle ningún consejo. El padre llegó a Argentina bastante desilusionado, por lo que comenzó a desahogarse contando el episodio a todo el mundo. “No entiendo por qué el padre no me dijo nada”- les decía- “Y yo que crucé el Atlántico sólo para eso. Se supone que el Padre Pío lee las conciencias y sabía que yo había ido con la esperanza de que me diera alguna recomendación para mi ministerio”. Así se quejaba, una y otra vez, hasta que uno de sus fieles le preguntó: “Padre, ¿está seguro que el padre Pío no le dijo nada?¿no habrá hecho algún gesto, algo fuera de lo común?”. Entonces el sacerdote se puso a pensar y, finalmente, recordó que el Padre Pío sí había hecho algo un poco extraño. “Me dio la bendición final haciendo la señal de la cruz sumamente despacio, tan despacio que yo pensé: ¿es que no va a acabar nunca?”, le contó a su acólito. “¡He ahí el consejo!”- le dijo éste- “Usted hace la señal de la cruz tan rápido que cuando nos bendice más que una cruz parece que estuviera formando un garabato”.
El santo más popular de Italia
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El 20 de septiembre de 1968 el padre Pío cumplió 50 años sufriendo los estigmas pasionarios, por lo que se celebró una misa multitudinaria en su capilla de San Giovanni Rotondo. Sus fieles ubicaron alrededor del altar 50 grandes macetas con rosas rojas, simbolizando su medio siglo de sangre. Tres días después, a los 81 años, el padre Pío falleció y su funeral fue tan multitudinario (llegaron más de 100 mil personas) que tuvieron que pasar cuatro días para que la multitud de personas pasara a despedirse. La tarde anterior al día de su muerte, el padre Pío realizó su última bilocación, pues mientras estaba en su lecho de muerte fue a “saludar” a Génova a un amigo religioso que acababa de accidentarse por una caída. Se cuenta que cuando una religiosa entró a la pieza de este religioso para llevarle una taza de té, sintió un fuerte perfume de flores que inundaba todo el entorno. Al preguntarle sobre el origen de la fragancia, el cura le contestó: “Es el Padre Pío que ha venido a saludarme y me ha dado su último adiós.”
El 16 de junio de 2002 el religioso capuchino que sufría los estigmas de Jesucristo, podía flotar en el aire y estar en dos lugares a la vez, leer las conciencias de sus acólitos, hacer florecer a los almendros y callar a los pájaros, fue canonizado bajo el nombre de san Pío de Pietrelcina. Su cuerpo, que pese al paso del tiempo permanece incorrupto en una urna de cristal en el santuario de Santa María de la Gracia, en San Giovanni Rotondo, fue expuesto a pública veneración en 2008. Hoy, San Pío de Pietrelcina, el santo más venerado de Italia, es conocido en la península simplemente como “el santo de la gente”.

Serata Pugliese Due mila quindici

En el mes del 10º aniversario de su creación, el Centro Pugliese de Bahía Blanca y Región, realizara una nueva Serata Pugliese, en las instalaciones del Museo del Puerto de Ingeniero White, ubicado en la esquina de Guillermo Torres y Cárrega, en uno de los accesos del puente La Niña.


Entre las especialidades que se degustaran podemos citar Cartelatte, Ciambellone, Mandorlata, Crostata di Riccota e Pere,  Mandorlata di Ricotta e marmellata al caffe, Mesttazulle, entre otros, todos platos dulces típicos de la región Puglia.

Una tarde preparada por el Centro Pugliese de Bahía Blanca y región y la colaboración del Museo del Puerto. Enesta nueva oportunidad entregaremos nuevas recetas que recopilamos, disfrutaremos de canciones, recuerdos, y reencuentros ¡No te lo pierdas! 



Aniversario de la muerte del Gral. Don José de San Martin



El 17 de Agosto se conmemora en nuestro país el aniversario de la muerte del General José de San Martín.





Prócer máximo argentino y libertador de la Argentina, Chile y Perú. Nacido en Yapeyú, Corrientes, el 25 de febrero de 1778.

En Buenos Aires organizó el famoso regimiento de Granaderos a Caballo que recibió su bautismo de fuego en 1813, en el combate de San Lorenzo contra los realistas, en el cual San Martín estuvo a punto de perder la vida.
Liberación de Chile- Cruce de los Andes
Nombrado jefe del Ejército del Norte, propugnó su plan de libertar a Chile y utilizar la vía del Pacífico para llegar al Perú, base del poder realista. Nombrado gobernador de Cuyo, organizó el Ejército de los Andes en El Plumerillo (a 7 kilómetros de Mendoza), con el cual cruzó la cordillera en una operación de precisión matemática que le permitió dar una victoriosa batalla en la cuesta de Chacabuco (1817). El cruce duró 21 días. 5400 hombres guiados por baquianos atravesaron alturas superiores a los 4000 metros, llevando caballos y mulas.

Batalla de Maipú
 
Las fuerzas patriotas, una vez reorganizadas, derrotaron de manera rotunda al ejército realista cerca del río Maipú el 5 de abril de 1818. En ese momento, se aseguró la libertad chilena.
El 12 de febrero de 1818, luego de una consulta popular, fue declarada la Independencia de Chile.
 
El exilio en Europa


El 11 de febrero de 1824 el Libertador se embarcó a Europa para asegurarle una buena educación a su hija. Allí, siguió trabajando para asegurar la Independencia.
El 4 de mayo se embarcó con su hija a Inglaterra. Poco después se radicó en Bruselas.

En 1825 escribió las famosas Máximas para su hija.
Máximas redactadas por el General San Martín para su hija Mercedes Tomasa

. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos. 
. Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira. 
. Inspirarla a una gran Confianza y Amistad pero uniendo el respeto. 
. Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres. 
. Respeto sobre la propiedad ajena. 
. Acostumbrarla a guardar un Secreto. 
. Inspirarla sentimientos de Indulgencia hacia todas las Religiones. 
. Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos. 
. Que hable poco y lo preciso. 
. Acostumbrarla a estar formal en la Mesa. 
. Amor al Aseo y desprecio al Lujo. 
. Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.

Retirado a la vida privada, regresó a Buenos Aires y en 1824 se embarcó para Europa, exiliado voluntariamente. Más adelante, se estableció definitivamente en la ciudad de Boulogne-sur Mer (Francia). Viejo y enfermo, falleció el 17 de agosto de 1850, en su casa de esa ciudad, rodeado de sus seres queridos.

Sus restos fueron repatriados en 1880 y, actualmente, descansan en un mausoleo contruido dentro de la Catedral porteña.
 
En casi todas las localidades argentinas hay una plaza, una calle, una escuela o un club con el nombre de San Martín. Y, en muchas, hay monumentos en su nombre (incluso, en 1951 fue inaugurada una estatua de él en el Central Park de Nueva York).

En los actos escolares, generalmente lo recordamos con esta canción:



San Lorenzo (marcha) 
Febo asoma; ya sus rayos 
iluminan el histórico convento; 
tras los muros, sordo ruido, 
oír se deja de corceles y de acero. 
Son las huestes que prepara 
San Martín para luchar en San Lorenzo; 
el clarín estridente sonó 
y la voz del gran jefe 
a la carga ordenó. 
Avanza el enemigo 
a paso redoblado, 
al viento desplegado 
su rojo pabellón. 
Y nuestros granaderos, 
aliados de la gloria, 
inscriben en la historia 
su página mejor. 
Cabral, soldado heroico, 
cubriéndose de gloria, 
cual precio a la victoria, 
su vida rinde, haciéndose inmortal; 
y allí, salvó su arrojo 
la libertad naciente 
de medio continente, 
¡Honor, honor al gran Cabral!
 
(Letra: Carlos J. Benielli - Música: Cayetano A. Silva)

"SETTIMANA SANTA IN PUGLIA”

La Semana Santa en Puglia es rica en eventos y celebraciones que durante siglos han sido punto de referencia para la comunidad.




La identidad de los pueblos de esta región, se expresa a través de los ritos y tradiciones, transmitidas de generación en generación, convirtiéndose en parte de un patrimonio colectivo de inestimable valor antropológico y cultural más que religioso. Son muchas las ciudades de Puglia que han mantenido recorridos de fe cargados de emociones que tienen como contexto excepcional  un escenario formado por el centro de la ciudad, las catedrales románicas, callejones adoquinados, torres, fortalezas y castillos. De esta manera la religión y el misticismo se unen a través de la arquitectura medieval de las zonas urbanas, en un ambiente de compromiso emocional y sensorial intenso.


En Semana Santa en Puglia, tiene lugar un viaje al descubrimiento de antiguos ritos, visitando esplendidos lugares y viviendo momentos de intensa espiritualidad, a través de un recorrido que desde la provincia de Bari llega a las de Taranto y Lecce. Participan en este recorrido no sólo los fieles sino también los turistas, que en estas fechas llegan desde distintos lugares del mundo, para admirar las ciudades con considerable patrimonio artístico, cultural y que les permite saborear sus especialidades enogastronómicas.


                              MOLFETTA, RITI E TRADIZIONI

Entre arte y tradición, Molfetta revive la Pasión del Señor con tres eventos importantes:

el viernes antes del Domingo de Ramos, se realiza la ceremonia correspondiente al rito de la "Sventurata", en honor de Nuestra Señora de los Dolores, que comienza a las 15.30 horas frente a la Iglesia del Purgatorio, con la banda musical de la ciudad interpretando "La Sventurata" (La Desdichada).



              Banda S.Cecilia Città di Molfetta


El viernes santo tiene lugar la procesión de los Misterios “Processione dei Misteri”, el más antiguo rito religioso celebrado por la Archiconfraternidad de San Stefano, a partir de las 3.30 de la mañana desde la iglesia de San Stefano.




Los miembros de la confraternidad transportan en procesión las cinco estatuas que representan a los misterios dolorosos, realizadas en la segunda mitad del siglo XVI. “Cristo nell’Orto degli Ulivi”, “Della Flagellazione”,“l’Ecce Homo”, “il Cristo al Calvario” y “il Cristo Morto”. Las estatuas se mueven lentamente por las calles del centro mientras se interpretan marchas fúnebres.




El último rito de la semana es la “Procesión de la Pietà”, que se celebra el Sábado Santo.




La procesión se integra con maravillosas estatuas  llevadas sobre los hombros de los miembros de las Confraternidades de La Assunta, Confraternidad del Carmine, Confraternidad de Maria SS. De la Purificación, Confraternidad de la Beata Virgen de LoretoConfraternidad de la Inmaculada, mientras la Confraternidad de San Antonio con sus túnicas blancas transporta la estatua de  S. Giovanni, y por último La Pietà, transportada por la Arciconfraternidad  de la Muerte con su túnicas negras. Durante la salida de las estatuas, la banda toca la primera marcha fúnebre “Gatti” y sigue con “Perduta”.







A medio día en punto en cuanto la imagen de la Piedad llega al sagrario de la iglesia, la banda interpreta las notas de la marcha “Dolor”. 




                    LA PASSIONE VIVENTE AD ALBEROBELLO
Desde hace treinta años en Alberobello, el viernes santo todos los jóvenes de la comunidad de San Antonio trabajan con dedicación, empeño y bravura en la representación de la Pasión Viviente.




Una revocación que escenifica, a través de la imagen de la Pasión de Cristo, una oportunidad para reflexionar sobre los sufrimientos y las dificultades del mundo y el sentido de la peripecia humana de cada uno de nosotros. Un momento de extraordinaria intensidad espiritual y de notable valor cultural y artístico, un evento ya característico de la Pascua pugliese que convoca millares de visitantes, creyentes o no, provenientes d distintas partes de Italia y del exterior. Es así como más de doscientos interpretes se mueven sobre un escenario natural de piedra y de olivos primero y después por las calles del centro histórico de la Capital de los Trullis y dan nueva voz a las palabras de los Evangelios.


                  Settimana Santa in Puglia


La dimensión teatral y escénica sigue siendo en casi todos los eventos un componente muy fuerte, un carácter que distingue a esta región de la mayoría de los rituales y celebraciones de las otras regiones meridionales.

                   Cucina Della Pasqua Pugliese

Las comidas y sobre todo los postres que se preparan en los días de Semana Santa, son alimentos que, en la mayoría de los casos son de gran valor metafórico y reclaman en la forma o en la composición de un elemento importante en el imaginario simbólico, “el huevo”, elemento universalmente considerado símbolo de vida y de renacimiento. Muchas son las preparaciones incluyen huevos, ya sea insertándolos enteros en la masa o utilizándolos en la preparación de la receta. Incluso el cordero, por supuesto, se encuentra muy a menudo, sobre todo en la forma de una figurilla de mazapán (pasta de almendra y azúcar) cubiertas de hielo real. Antigua costumbre, que continúa hoy en día, establece que estos dulces se intercambian en el Domingo de Resurrección, entre los jóvenes.


La pasta real o pasta de almendras es utilizada en la preparación de diversos dulces en la cocina pugliese y en particular en la salentina. En el caso de la cocina pugliese, un clásico de la tradición pascual es el “agnello di pasta di mandarle”.

Infaltable en la Pascua, es la preparación de un postre pugliese, al que se añade huevo, llamado en dialecto "Scarcella” (en Bari y Foggia), “curruchele” (en Brindisi), o “cuddura puddica cu uvoe” (en Lecce ), “chelomme o pupas” (en Taranto), existiendo diferencias no solo en cuanto al nombre, también en la forma y el número de huevos (que sube a 21 Salice Salentino, pan grande que la novia le da a su amado).

Normalmente se hace con harina mezclada con huevos, azúcar, aceite de oliva, una pizca de bicarbonato de sodio, un poco de leche y un poco de sal. La masa se trabaja para que adquiera forma de pez, roscas, ochos, palomas, cestas, muñecas, caballos, etc. Sobre estas formas surgen uno o más huevos duros con cáscara, sujetos con tiras de masa dispuestas en Cruz.



 


                   RECETA DE LA SCARCELLA

Ingredientes: 500 gr. Harina leudante y una cucharadita de polvo de hornear (o de harina común y medio sobre de levadura en polvo), 3 huevos, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 100 gr. azúcar blanco, una pizca de bicarbonato de sodio, un poco de la leche tibia, cáscara de limón rallada.


Preparación: Prepare la masa con la harina, una pizca de bicarbonato de sodio, 2 huevos enteros (yema+clara), el aceite, el azúcar, la leche y un poco de cáscara de limón rallada. Cuándo la masa esté homogénea, tiéndala con un rodillo hasta obtener una lámina con un espesor de medio centímetro.




Corte dos tiras de masa de 1 cm. de ancho y unos 12 cm. de largo. Al resto de la masa darle la forma deseada, por ejemplo la forma de una paloma (puede usar un molde o simplemente un cuchillo) y apoye encima el huevo que queda (duro y con la cáscara, lavarlo bien antes de la cocción). Use las tiras de masa cortadas anteriormente para fijar el huevo a la paloma (colocar las tiras en forma de cruz encima del huevo para crearle como una jaula que lo fije a la paloma evitando que se mueva). Caliente antes el horno a 180°C y hornear durante una hora.


Si se opta por la forma de rosca “ciambella”, formar dos cordones de masa y entrelazarlos uniendo los extremos para formar la rosca.




Pintar con huevo batido antes de hornear, o tras haber sacado la "Scarcella" del horno, se pude bañar con glasé, que se prepara poniendo en una taza 3 cucharadas de azúcar impalpable y una clara de huevo, mezclando de a poco hasta formar una salsa espesa. A continuación se le agrega una cucharada sopera jugo de limón de a poco y se continúa removiendo durante unos minutos más. Pincelar la rosca en caliente  (evite echar el compuesto encima del huevo entero). Sirva frío.




En cuanto a los platos principales el cordero sacrificial, es desde tiempo inmemorable un componente distintivo de la mesa pascual. Para los judíos el cordero es símbolo de la liberación de la esclavitud en Egipto. Por este motivo, era parte integrante de la comida pascual. Para los cristianos el cordero es el símbolo del sacrificio de Jesús Cristo para la salvación de la humanidad. Una de las maneras en que  los puglieses preparan el cordero para Pascua es el Agnello con piselli”.

                      RECETA DEL “AGNELLO CON PISELLI”

Ingredientes: un kilogramo de cordero, medio kilogramo de arvejas frescas, 100 gramos de panceta,  una cebolla, dos huevos, 60 gramos de queso pecorino rallado, 100 ml de vino blanco seco, 100 ml de aceite extra virgen de oliva, perejil, pimienta, sal y 1 cucharón y medio de caldo de carne.



Tiempo de cocción: 1 hora a horno moderado.

Preparación: Pelar y picar la cebolla. Cortar la panceta en cubitos pequeños. 

Poner una sartén grande sobre el fuego, o mejor si la posee una cazuela de barro, calentar el aceite y a continuación añadir la cebolla picada y la panceta.
Tan pronto como la cebolla se haya blanqueado, colocar el cordero cortado en 6 piezas de igual tamaño, dando vuelta las piezas a menudo y agregar el vino blanco.
Cuando el cordero esté dorado, se agrega un cucharón chico de caldo, se tapa la sartén con una tapa y colocar en horno caliente a 180 grados. Si usted no tiene un recipiente adecuado para cocinar en el horno, transfiera a una bandeja para hornear y hornee. 
Después de unos 45 minutos añadir las arvejas y medio cucharón caldo, y dejar completar la cocción. Mientras tanto, aparte, batir los huevos con queso rallado y el perejil picado, y luego cuando se ha completado la cocción, rociar las piezas de cordero con el huevo batido y  dejar unos minutos para que el huevo se coagule.















Tendal de Repasadores

                                Nuevo librito del museo!





El Museo del Puerto, creado en 1987, es una institución pública y comunitaria dedicada a la historia y el presente de Ingeniero White, pueblo y puerto de Bahía Blanca. Un amplio repertorio de entrevistas y relatos de vecinos y trabajadores constituye la base del trabajo. Son objetos privilegiados del museo un malvón en un bidón, una canzonetta o un strudell recién horneado. Sus zonas de atención mayor son las articulaciones entre el mundo de la vida cotidiana y el mundo de la producción, y también los desplazamientos incesantes entre lo local, lo nacional y lo mundial.

En la articulación entre las historias personales y la historia colectiva, un trapo puede convertirse en un objeto de indagación fundamental para un museo: incluso si está sucio, incluso si está recién comprado, incluso si está en uso. Justamente por eso.

En un tendal con más de cien repasadores era posible reconocer una historia personal o familiar tramada con transformaciones económicas que incluyen a muchos más. Por ejemplo, un repasador hecho por Emilia Paynefil a partir de una bolsa de yerba da cuenta de los modos de consumo previos al supermercado, y también del trabajo de darle otro valor de uso a un material que aparentemente ha quedado obsoleto. En uno que la docente Nancy Clementis bordó en la escuela para su mamá es posible “leer” un momento determinado en el plan escolar. A veces, un repasador cuenta una historia de amor: por ejemplo, María Gabriela Rodríguez le regaló un repasador-calendario a su pareja, Raúl Machado, en 2007. Otras, concentra un relato inmigratorio, como los que trajo Armando Russo de Portugal. Un repasador en el cual se lee la marca “Avon” permite considerar los micro-emprendimientos laborales que organizaron a muchas mujeres en épocas de flexibilización laboral. También es significativo detenerse en las etiquetas que dicen “Made In Brazil”: ¿no es posible evaluar a partir de ellas las relaciones comerciales con el país vecino?

Estos ejemplos dejan ver que el repasador puede ser un objeto privilegiado de indagación histórica, porque articula ciertos vínculos sociales que llegan, en última instancia, a los cambios económicos y políticos de las últimas décadas.