Siempre hubo entre Osvaldo Pugliese y Piazzolla una relación de respeto y admiración mutua. Pugliese hizo versiones de tangos de Piazzolla como: “El cielo en las manos” en 1951, “Marrón y azul” en 1956, “Nonino” entre 1961 y 1962, “Verano porteño” en 1965, Balada para un loco en 1970 y Zum en 1976. Piazzolla grabó de Pugliese: “Recuerdo” en 1966 y “Negracha” en 1956.
Este encuentro histórico entre Astor Piazzolla y su Sex-Tet, como él solía llamar a su última formación, y la orquesta de Osvaldo Pugliese con los cantores Adrián Guida y Abel Córdoba, se gestó gracias al empresario chileno Luis Aravena, que había llegado a Holanda por el exilio al que lo obligó la dictadura de Pinochet. Aravena era un gran amante y conocedor del Tango.
Bandoneon Tango Pugliese & Piazzolla "Adios Nonino"
Tal vez el momento de mayor intensidad en el escenario fue cuando Piazzolla dejó que “Adiós Nonino” se transformase en “La Yumba” gracias al talento pianístico y de improvisación de Gerardo Gandini que, más tarde, dejaría su lugar al maestro Pugliese. Ese puente, no tuvo el recorrido que imaginó Piazzolla: Gandini no dejaba de tocar las cinco notas que conforman el tema de La Yumba para resolver en Adiós Nonino. Cada vez que Piazzolla se disponía a comenzar con su obra, Gandini repetía aquellas cinco notas haciendo que el bandoneonista le dirigiera miradas y gestos afilados que todo el teatro podía comprender desatando apagadas risas en la platea mientras, con gesto adusto, Pugliese sentía sus manos apretadas entre las de su esposa Lidia en bambalinas. Es entonces cuando, con genial maestría, Piazzolla empieza a responder a Gandini desde su bandoneón con esas mismas cinco notas de La Yumba, desatando tanto aplausos como lágrimas emocionadas entre el público y muchos de los protagonistas. Tal vez fue ése el momento más alto de aquella reunión histórica.
De nuevo te apodo GOLDFINGER, Piazzolla en el bandoneón, Pugliese en el piano, Goldfinger en el computador. Gracias Hugo
ResponderEliminar