Pino Daeni

Su verdadero nombre es Giuseppe Dangelico, es un pintor "impresionista", nacido en Bari en 1939.

Formado en Italia en el Instituto de Arte de Bari, y después en Milán en la Academia Brera, donde perfeccionó sus habilidades en la pintura de desnudos. Después de establecerse como un exitoso artista en su tierra natal, en 1979 emigró a los Estados Unidos, en busqueda de una mayor libertad artística y de nuevas oportunidades. Fue pronto descubierto por la galería Borghi, obteniendo su patrocinio, realizó varias exposiciones en Nueva York y Boston. Su patrocinio apenas permitía que él alimentara a su familia. Su inglés era limitado y sus medios de transporte eran una bicicleta. Después de golpear en muchas puertas, en febrero de 1980, la editorial Zebra le encargó hacer las ilustraciones de un libro, su trabajo fue muy elogiado, su popularidad creció en la comunidad literaria y se convirtió en un artista demandado por las principales empresas editoras: Zebra, Bantam, Simon y Schuster, Harlequin, Penquin EE.UU. y Dell. Pino ha ilustrado más de 3.000 libros, su estilo ha dominado el mercado. Si bien dedicó 13 años a ilustrar libros, nunca abandonó su deseo de volver al arte fino. En 1993, entró en contacto con una galería importante, a la que envió cinco pinturas, que fueron muy bien recibidas, lanzándolo nuevamente a la arena.

Pino - Angelica

Finalmente encontró la libertad que siempre había deseado, para explorar en profundidad sus talentos sin alojamiento. Sus pinturas, impresionistas y académicas, tienen una indudable fuerza y se cotizan a buen precio.

Pino - Purity
En su arte trasmite sentimientos de calidez, de nostalgia, de amor y de familia. Sus trabajos son de una naturaleza impresionista altamente romántica, con un gran colorido y contraste de claroscuros de inusitada belleza.
Pino – First glance

Muchos de los personajes de Pino son hermosas mujeres, frecuentemente presentadas en tocadores o vestuarios, en previsión de sus maridos o amantes. En otras pinturas muestra escenas en playas como aquellas del Mediterráneo, donde se crió.

Pino - CLIFFSIDE RETREAT

La técnica de Pino con sus colores cálidos fascina todos los que saben apreciar la pintura.


Dmitri Hvorostovsky - Passione (Valente - Tagliaferri) - Pino


Pino


Women - art by Pino Daeni

ALBEROBELLO

Es uno de los pueblos más pintorescos de la Puglia, situado al sur de Bari, en el valle de Itria. Su nombre proviene de Sylva Arboris Belli (selva del árbol de la guerra), ya que estaba rodeado por un tupido bosque de robles.



La zona sombreada corresponde al Valle de Itria.

Según la tradición, a fines del primer siglo de nuestra era, después de la toma de Jerusalén por Tito, se cree que se instaló allí una colonia judía. Pero su desarrollo urbanístico comenzaría bajo el feudo de Giangirolamo II Acquaviva, llamado Guercio di Puglia (Bizco de Puglia). Los orígenes de la ciudad se remontan entonces a la segunda mitad del siglo XVI cuando, siendo un pequeño feudo bajo el dominio de los Acquaviva, condes de Conversano, comenzó a poblarse de campesinos que deseaban cultivar la selva (así llamada) fértil. Los condes autorizaron a los colonos para que construyeran sus casas a la piedra seca, esto es, sin cemento u otro material ligante, para poder ser derruidas en caso de inspección real. Esto se debía a la “prammatica de baronibus”, norma existente en el Reino de Nápoles desde el siglo XV, en cuya virtud el nacimiento de una aglomeración urbana exigía el pago del tributo; con su astuta propuesta el señor feudal, el Conde Acquaviva, se evitaba el impuesto. Así construyeron estas casas conocidas como “Trulli” que podían configurarse como construcciones precarias, de fácil demolición.

Corría el año 1797 y un grupo de atrevidos alberobelleses, dada su precaria condición, se acercaron a la ciudad de Taranto (donde se encontraba el Rey visitando la región) para pedir auxilio al Rey Fernando I de Borbón que los escuchó y el 27 de mayo de 1797 emitió un decreto real con el cual la pequeña población quedó libre.


Representación histórica del día de la liberación.

Trulli o "casieddi"?
En realidad “trulli” es el plural de “trullo” nombre con que se designa a la cúpula cónica de piedras sueltas, que constituye el techo de estas casas. La casa se denomina "casiedde". Estas casas de paredes encaladas con techos color pizarra, de forma cónica, rematados por un característico pináculo, tienen un origen incierto, aunque algunos creen que fueron aquellos primitivos judíos quienes diseñaron este tipo de construcción.
Foto histórica de principios del siglo XX

Pero los orígenes de la arquitectura de piedra en seco deben buscarse en la naturaleza del territorio, en el cual se forma una extraordinaria relación entre el hombre y la naturaleza.

En la zona meridional de las Murge, en el Valle D’Itria o “Murgia dei trulli” donde se encuentra Alberobello, el suelo está constituido por depósitos de piedra calcárea dispuestos a un nivel poco profundo (a menudo en la superficie). El despedregamiento de los campos constituía el paso previo y obligatorio para que las tierras fuesen aptas a la explotación agrícola. Este se llevaba a cabo acumulando los materiales en algunos lugares particulares que tomaban en ocasiones formas circulares, y en otras alcanzaban superficies y alturas considerables; los "specchie".

Specchia

Gran parte de esas piedras se utilizaba para la construcción de muros de piedra en seco que servían para delimitar las propiedades y los caminos, para la construcción de las viviendas y de refugios en el campo donde guardaban sus herramientas de labranza los “contadini” es decir los campesinos. Así se creaba la relación entre el hombre y la naturaleza, ya que el hombre construía el propio medio usando los materiales que este le ofrecía y siguiendo las reglas de la naturaleza. La recolección de piedras constituía un proceso de recuperación de materiales que impedían una explotación óptima del terreno por un lado, y por otro, suponía la recuperación de una superficie de terreno cultivable dedicada a otras actividades, lo que conllevaba una mejora cualitativa.


Muros de piedra a seco delimitando un camino.


Las construcciones en forma de trullo están presentes en cuatro zonas de la Puglia: la península salentina, en la proximidad de los dólmenes y menhires, de la costa llana alrededor y al norte de Bari; una parte en las Murgia septentrionales y el Gargano. La ausencia de trulli en las zonas que separan estas cuatro zonas se puede explicar por la indisponibilidad en el lugar de piedras aptas para esta construcción. Únicamente en las Murgia de los trulli una gran parte de estas construcciones están habitadas de manera permanente, cuando en las tres otras zonas sirven de refugio ocasional para los campesinos, depósitos de herramientas agrícolas o de hábitats durante períodos limitados, en época de cosechas. La particularidad de Alberobello respecto a las otras poblaciones del Valle de Itria es que los trulli no están diseminados en la esplendida campaña, sino todos juntos constituyendo un centro habitado, representando un caso único en el mundo. Por esta razón fueron declarados Monumento histórico y patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1996.


Alberobello está situada sobre dos colinas. Sobre la colina oriental se encuentra la ciudad moderna, sobre la occidental la ciudad antigua formada por el conglomerado urbano de trulli, dividido en dos barrios: Rione Monti y Rione Aia piccola.


El barrio Monti, construido sobre un área con notable inclinación, cubre una superficie de 15 hectáreas y comprende 1030 trulli.


Il barrio Aja Piccola, con sus 590 trulli, constituye un conjunto menos homogéneo. Surge sobre una superficie de 5 hectáreas al sud-este de la ciudad.



Fuera de los dos barrios se encuentra el "trullo Sovrano", una construcción de dos pisos, correspondiente al siglo XVIII, con una distribución más parecida a las casas normales. Fue su propietario, el sacerdote Cataldo Perta entre el año 1774 y 1809.


Inmigrantes alberobellesi que se radicaron en Bahía Blanca y Región:

ANGELINI, ANGIULLI, CONTENTO, D’ORIA, GIROLAMO, IGNISCI, LACATENA, LIPPOLIS, MARANGIA, MATARRESE, MONOPOLI, PALMISANO, PUGLIESE, SALAMIDA, SUSCA y TAURO.

Esta lista es incompleta, Usted la puede completar comunicándose a:
pugliesidibahia@hotmail.com

V Seminario Internacional Desarrollo y Territorio Italia-Argentina


Festejos de San Silverio


La ciudad de Lecce

Lecce es la capital de la provincia homónima, en el extremo sur de la Región Puglia.
Situada a 12 Km de la costa adriática y a 25 Km de la costa Iónica, la ciudad surge en el centro de una fértil llanura. Registra un censo cercano a los 101.000 habitantes, aunque su área metropolitana suma una población cercana a un millón de habitantes.
Ubicación de la ciudad de Lecce en el mapa de la provincia.

En su historia más remota esta ciudad ha tenido diversos nombres. Los escritos cuentan que anteriormente se encontraba en ese lugar la ciudad de Sybar, durante los tiempos de Troya, posteriormente los romanos la llamaron Lupidae, el emperador Adriano la trasladó de lugar y la llamó Litium. Ostrogodos, sarracenos, lombardos, húngaros, eslavos y normandos convivieron en esta ciudad.

Los restos del anfiteatro romano descubierto a principios del siglo XX. El anfiteatro construido en el siglo II, medía 102 por 83 metros. Podía hospedar unos 20.000 espectadores.

Se conoce a Lecce como la “Firenze della Puglia” por la cantidad de obras de arte que se encuentran en esta ciudad. Si Florencia es el centro del Renacimiento, Lecce es la capital del barroco, estilo dominante en el período que siguió al renacentista y se prolongó hasta el apogeo del neoclasicismo, es decir, entre el siglo XVI y mediados del XVIII.


Lecce es conocida por su singular arquitectura y esculturas de estilo barroco. La piedra que se saca de las canteras de los alrededores de la ciudad es calcárea, homogénea y compacta, características que permiten un trabajo fácil. Artesanos, artistas configuraron esta ciudad como una obra de arte barroca llena de balaustres, columnas, cintas de flores, barandillas... todo realizado con el escalpelo del artista experto creando una exhuberancia decorativa elegante y cuidada.

Ahille Carducci, Giuseppe Cino, Enmanuelle, Mauro Manieri, Giuseppe Zimbalo el Zingarello son algunos de los artistas que transformaron Lecce en una maravilla arquitectónica.
Todo este Barroco, profuso en las iglesias y en los palacios, desde el centro de la ciudad presenta el aspecto de un escenario teatral del decimoséptimo, también interrumpido por modernísimas construcciones. San Mateo, la Catedral, Santa Maria del Rosario, Santa Maria de las Gracias, Santa Clara, la Basílica de la Santa Cruz y el Palacio del Gobierno (ex Convento de los Celestini), el Palacio del Seminario del Arzobispado son trabajos maestros de este estilo que se extendió desde fines del siglo XVI a principios del siglo XVIII.

Palacio de Gobierno
Si corremos las principales calles y plazas de la ciudad (Porta Napoli, Porta Rudiae, Piazza Santa Chiara, Via Umberto, Piazza Duomo o Sant’ Oronzo) podemos descubrir la riqueza arquitectónica que esconde esta pequeña ciudad.

Además de arte y cultura, Lecce también es una ciudad animada con multitud de establecimientos para pasar el tiempo libre: pubs, discotecas, balnearios, cervecerías, restaurantes…


Puerta Napoli

La Catedral de Lecce (Il Duomo

La Catedral (Il Duomo) representa un maravilloso ejemplo de edificio barroco. Configura con la plaza donde se encuentra el monumento a San Oronzo y el Palacio del Arzobispado, uno de los conjuntos urbanos más bonitos de Europa. El “Duomo” fue construido por primera vez en 1144, posteriormente en 1230. Fue completamente restructurado en los años 1659-70 por Gustavo Zimbalo a quien se debe el antiguo campanario.




La fachada principal, con el fastuoso portal, está ricamente decorada y presenta a los lados dos nichos con las estatuas de San Justo y San Fortunato y al centro la majestuosa estatua de San Oronzo.


La fachada lateral, que originariamente fuera el ingreso principal con un perfil decorativo mucho más simple, enriquecido por las estatuas de San Genaro, de San Ludovico y de los Santos Pedro y Pablo.



El interior de la catedral, a cruz latina, tiene tres naves divididas por columnas, está enriquecido por doce altares y numerosas obras pictóricas.



La Basílica de la Santa Cruz (Basilica della Santa Croce)


Es la más celebre expresión del barroco leccese de fuerte impacto visual por su elaborado aparato decorativo.


Obra de uno de los más geniales y refinados arquitectos de Lecce, Gabriele Riccardi, la zona inferior de la fachada, completada en el año 1582, conserva elementos de estilo románico que se integran con soluciones típicamente barrocas. La zona intermedia es atribuida a Francesco Antonio Zimbalo, tío de Giuseppe, autor en el año 1606 de los tres portales. La parte superior, completada en 1646, es obra de Cesare Penna y de Giuseppe Zimbalo.




En la construcción de Santa Croce se sucedieron tres generaciones de maestros en cerca de un siglo.

En el interior de la iglesia, entre los varios altares, está el altar de San Francesco da Paola, bellísimo y rico en decoraciones barrocas, que representan, doce pasajes de la vida del santo.

Opinión sobre Lecce

Según Franco Arminio, Lecce es una de las localidades más sugerentes de la Italia meridional, más silenciosa y menos caótica que otras, llamada, y no por casualidad, la Florencia del sur. Es única en su género, una sinfonía de frisos, pináculos y cariátides dispuestos sobre un portal o un balcón y que te dejan constantemente maravillado. Son muchos los personajes ilustres que han admirado el barroco de Lecce, de Gregorovius a Goethe. En Lecce se percibe el olor de la miel y, cuando anochece, la ciudad reluce como una rosa de plata. Hay muchísimas cosas que ver. La mayor atracción es, sin duda, la catedral de Santa Cruz, un prodigio arquitectónico que es como una mesa puesta en la que hay un poco de todo: santos, turcos, flores y frutos, águilas, dragones, leones, columnas salomónicas y balaustradas, y todo esto tiene su centro en el gran rosetón que parece cosido con hilo por una habilísima encajera. Lecce posee una estupenda plaza, piazza Duomo, renombrada por la presencia de elegantes edificios barrocos (entre ellos el palacio Obispal, la Catedral y el Seminario). En la plaza hay también un campanario de unos 70 m de altura que terminan en un templete octogonal con cúpula, desde el que puede disfrutarse de una preciosa vista.Toda la ciudad, de Piazza Sant’Onorio a Via Palmieri, está constelada de magníficos palacios, embellecidos por trabajos en piedra de Lecce, formada por restos marinos fósiles.